" Confieso que resulta muy tentadora la ley, quien la tiene de la mano cree poder sentirse seguro".
Esta frase junto con el título, lo ha escrito en su blog uno de los sacerdotes perteneciente al clan de los Romanones (denominado así por su fundador), acusados de presuntos abusos sexuales en Granada.
La seguridad de una ley que les permitió convertirse en albaceas de una viuda farmacéutica sin hijos, pensando que legaba sus bienes a la Iglesia.
Diez sacerdotes y dos seglares componen este clan que tenían sus "propias normas":
- Se autodenominan ultraconservadores de pensamiento: sin embargo, la protección de la infancia no se encuentra entre sus valores.
-Disponen de un elevado nivel económico.
- Conviven juntos de Domingo a Martes.
- Uno de ellos pertenecía a la curia diocesana de Granada ( organismo que ayuda al arzobispo en la organización de la diócesis) otros ejercían de párrocos.
No obstante, a su arzobispo Javier Martínez nunca le llamó suficientemente la atención, ni siquiera la visible ostentación económica o la convivencia en parejas de sus sacerdotes.
Realmente no es extraño viniendo de una persona que nos ha dejado "perlas" como el libro " Cásate y se sumisa", donde el Arzobispado de Granada no solo actuó como editor del mismo, sino que siendo fiel a sus principios, al final del mismo facilitaba la ccc donde se podían ingresar los donativos.
El lugar perfecto y circunstancias idóneas hasta que la justicia terrenal y la "divina" han hecho acto de presencia.
La denuncia se produjo antes del verano, y la victima escribió una carta al Papa Francisco narrando los hechos, también habló con el arzobispo " el cual vio indicios más que presuntamente evidentes" sin embargo, hasta mediados de octubre no ha retirado del servicio a los tres sacerdotes denunciados y nada se sabe del resto como presuntos encubridores.
La intervención del Papa primero pidiendo perdón y una segunda donde le pide a la victima que denuncie a la policía, activa todas las alarmas la eclesiástica y la judicial con la única finalidad de no dejar impune el más deleznable de los delitos.
Hoy sigue ejerciendo este señor como arzobispo, hoy sigue dirigiendo la espiritualidad de un gran número de feligreses, hoy habrá comulgado, rezado y hasta quizás habrá escrito algún adoctrinamiento, ¿ Cómo puede hablar en nombre de nuestra fe, como puede sentirse digno de pertenecer a nuestra comunidad cristiana, como puede usted permanecer un segundo más ejerciendo?.
También se ha cuidado mucho de no indicar el nombre de los presuntos pederastas, ¿cuál es el motivo? se alega el secreto del sumario, sin embargo es curioso que solo en este caso no se haya filtrado nada a la prensa.
Todo ello deja en evidencia dos aspectos:
-Este Papa muestra su tolerancia cero ante este tipo de hechos, interviniendo directamente, acelerando al máximo los procesos y pidiendo justicia penal.
- La rancia Conferencia Episcopal Española, impasible, inamovible con una presunta actitud tolerante ante la barbarie , ha mostrado siempre una profunda preocupación por los no nacidos, esa misma vehemencia y contundencia es la que pide todas la personas que formamos iglesia ante casos como estos, si no son capaces de cuidar el presente, como van
Un abrazo a todos/as.
