EASTER WEEK

Tal vez las ganas de un paréntesis laboral, pensar solo en divertirme y muy probablemente ambas, ha convertido esta semana en unas verdaderas vacaciones.

Esta predisposición o necesidad a saborear cada instante me ha permitido reencontrar olores, sabores e imágenes que tenía guardados y casi olvidados en mi cabeza.

Ciertamente a priori  apuntaba a todo lo contrario, el motivo tres contra una de vivir una intensa semana llena de horas en pie esperando ver las distintas procesiones desde la cruz de guía hasta la banda de música o una semana llena de actividades al aire libre como en años anteriores.

En contra a todos los pronósticos hemos vivido por primera vez una "semana cofrade", la culpable, la pasión, la  alegría y el respeto que transmite una personita de doce años  por cada una de las procesiones que han pasado ante sus ojos, cada hábito, cada paso de misterio, cada exorno, ha sido minuciosamente examinado, razonado, olido y sentido no con la pasión del que vive su fe a través de un determinado Cristo o Virgen, sino con el convecimiento de una semana reflexión y penitencia sin distinción de colores, olores o música solo dos cosas  fe e inocencia.

Ella  ha sido la causante de que esa parte  personal e íntima  dormida u olvidada en mí haya sido recuperada, junto con las torrijas, el olor de azahar, el incienso, el arroz con leche de mi abuela, el silencio.........

Llegó el Miércoles Santo, un día azul intenso, una brisa con olor a mar se imponía frente al  azahar reafirmando su poderío, la cruz de guía asomaba por la Plaza de San Juan de Dios y como soldados en un día de gala hicieron su  aparición los penitentes sección a sección, se escuchaba al fondo el paso de horquilla anunciando  que  el misterio ya  estaba cerca y medio de todo ello  ella , mi penitente, solemne, serena y sobre todo feliz, tras un año de espera y con el sentimiento de cumplir su propio ritual.

Gracias por regalarme estos momentos, sobre todo espero y deseo compartirlos todos aunque no me gusten pero si estás tu merecerá la pena verlo a través  tus ojos.

Un beso,